
Alergias
Las alergias son hipersensibilidades, reacciones excesivas del sistema inmunológico a sustancias que no causan reacciones en la mayoría de las personas. Dependiendo de las partes del sistema inmunológico que se activan y de la rapidez de la reacción, las hipersensibilidades se clasifican en cuatro tipos.
Los que están asociados a la palabra «alergia» son el tipo I y el tipo IV. En la hipersensibilidad del tipo I, inmediata, antígenos (alergenos, sustancias extrañas) se combinan con anticuerpos específicos IgE (inmunoglobulina E), causando reacciones locales y, algunas veces, sistémicas en minutos. En la hipersensibilidad del tipo IV, retardada, las reacciones son provocadas por interacciones de antígenos con linfocitos T específicos sensibilizados, y no por anticuerpos libres.
De acuerdo con la American Academy of Allergy Asthma and Immunology (AAAAI), de los Estados Unidos, cerca de 50 millones de personas en ese país tienen algún tipo de alergia, y ese número parece estar aumentando. Cualquier persona puede desarrollar una alergia, pero las que tienen familiares afectados presentan un riesgo mayor. Sin embargo, una persona «predispuesta» puede no reaccionar a las mismas sustancias que provocan reacciones en sus familiares. Las alergias dependen de la exposición a antígenos y de la reacción del sistema inmunológico
La hipersensibilidad del tipo I afecta principalmente al tracto respiratorio, gastrointestinal de y la piel. La primera vez que la persona predispuesta tiene contacto con un alergeno potencial, no presenta reacción importante, pero comienza a producir anticuerpos específicos IgE, quedando «sensibilizada». Después de que esto ocurra, las exposiciones posteriores pueden resultar en reacciones de intensidad variable.
Los anticuerpos IgE específicos se unen a los mastocitos, células especializadas en los tejidos, ya diferenciados en basófilos en la sangre. Cuando hay contacto con el antígeno, estas células liberan sustancias, incluyendo histamina, que causan los síntomas alérgicos en el lugar de contacto del antígeno.
La hipersensibilidad del tipo IV en general envuelve la piel y se llama retardada porque ocurre en unas 48 a 72 horas después de la exposición al antígeno. En estos casos, interactúa con linfocitos T sensibilizados, que liberan sustancias tóxicas e inflamatorias, causando lesión tisular en el lugar de la reacción. Las reacciones del tipo IV pueden ocurrir en la primera exposición al antígeno.
Otras reacciones pueden causar síntomas parecidos a los de la alergia, pero no son provocados por estos mecanismos de activación del sistema inmunológico. Varían desde reacciones tóxicas, como envenenamiento alimentario por toxinas bacterianas, a alteraciones genéticas, como la la falta de alguna enzima causando por ejemplo, intolerancia a la lactosa o la sensibilidad al glúten en la enfermedad celíaca. Los síntomas también pueden ser producidos por medicamentos, colorantes y otras sustancias, estos problemas deben ser investigados y tratados, pero no son alergias y no deben ser diagnosticados como tales.