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Prenatal

embarazo, parto natural o mediante cesarea

Prenatal

Test de embarazo (hCG)

La Gonadotropina coriónica humana (hCG) es una proteína producida en la placenta en mujeres embarazadas. Una prueba de embarazo es una prueba específica de sangre u orina que puede detectar los niveles de hCG para confirmar el embarazo.
Esta hormona puede ser detectada diez días después de la ausencia de menstruación esperada, período de tiempo en que el ovulo fertilizado es implantado en el útero. La prueba del embarazo es una prueba específica, que puede realizarse de manera cualitativa en orina o cuantitativa en la sangre para poder confirmar o descartar un embarazo.
Durante las primeras semanas del embarazo, la presencia de hCG es importante para la viabilidad del cuerpo lúteo. Durante el primer trimestre de la gestación (semanas 8-10) la producción de hCG va incrementándose gradualmente, alcanzando un pico alrededor de la décima semana después de la última menstruación. A partir de ese
momento las concentraciones van disminuyendo progresivamente durante el resto del embarazo, llegando a ser la hormona indetectable en las primeras semanas después del parto.

Cuando existe un embarazo ectópico, es decir, fuera del útero, la concentración de hCG aumenta pero a un ritmo más lento. Por este motivo, ante la sospecha de un embarazo ectópico, la medida de la hCG en sangre de manera seriada en el tiempo puede resultar de gran utilidad para establecer el diagnóstico de este tipo de embarazo.

Asimismo, los niveles de hCG en sangre pueden estar alterados cuando el feto en desarrollo presenta alguna anomalía cromosómica, como por ejemplo el síndrome de
Down. La prueba de la hCG-libre, se emplea rutinariamente junto con otras pruebas, como parte del cribado neonatal para la detección de anomalías fetales (refiérase a Cribado del primer trimestre del embarazo y Cribado del segundo trimestre del embarazo).

 

Preconcepción (preembarazo)

Idealmente, cuando una pareja decide tener un hijo, debería consultar al médico quien, basándose en la historia médica personal y familiar, puede recomendar la realización de algunas pruebas para garantizar que el embarazo transcurra y llegue a término con normalidad. Puede tratarse de pruebas genéticas en el caso de que existan antecedentes de enfermedades hereditarias, o de pruebas para detectar infecciones que podrían suponer un riesgo para la futura madre y para el feto.

Algunos ejemplos de pruebas interesantes para evaluar el riesgo de que la pareja tenga alguna enfermedad hereditaria son:
Estudio genético de los trastornos de la hemoglobina hemoglobinopatías
Estudio del estado de portador de la fibrosis quística
Otras pruebas de interés para la futura gestante o en el curso del primer control prenatal incluyen:
Inmunidad a la rubéola
VIH
Gonorrea, clamidiasis y sífilis
Citología vaginal
Cribado de la hepatitis B
Es importante que las mujeres con diabetes o con hipertensión se controlen más estrictamente, si cabe, antes de quedarse embarazadas. Las mujeres con diabetes (cualquiera
de los dos tipos de diabetes) deberían realizarse la prueba de la hemoglobina glicosilada unos 3 o 4 meses antes de prever un embarazo debido a que los defectos congénitos asociados a la diabetes se producen al principio del embarazo, a menudo antes de la primera visita prenatal. El hecho de controlar adecuadamente los niveles de glucosa en sangre antes de y durante el embarazo contribuye a prevenir trastornos fetales y abortos.

Aspectos generales

El embarazo es el período de tiempo en que el feto se desarrolla dentro del útero materno y que acaba con el parto. Existe gran diversidad de pruebas de laboratorio relacionadas con el embarazo, que pueden utilizarse desde el momento en que se tiene la certeza de que existe un embarazo hasta los primeros días de vida del recién nacido.

Algunas de estas pruebas se realizan sistemáticamente a una mayoría de embarazadas en determinadas etapas del embarazo, mientras que otras se solicitan para detectar enfermedades o problemas que pueden surgir durante el embarazo. Algunas pruebas se dirigen a mujeres con mayor riesgo a causa de su edad o su estilo de vida, mientras que otras se eligen específicamente según la historia familiar y personal de la mujer y de su pareja.

El objetivo de estas pruebas es detectar o diagnosticar problemas existentes que pueden afectar a la salud de la madre o del bebé y determinar el riesgo de que el bebé tenga alteraciones cromosómicas o genéticas. Para estas pruebas normalmente se requiere una pequeña muestra de sangre, de orina o de células del cuello uterino.

 

Primer Trimestre (hasta las 12 semanas)

En la primera visita prenatal, que suele tener lugar durante el primer trimestre del embarazo, se solicitan varias pruebas para detectarinfecciones perjudiciales para el bebé y otras condiciones que podrían ser nocivas para el estado de salud de la madre. Estas pruebas se deben realizar en el primer trimestresi no se realizaron antes de la concepción.

Inmunidad a la rubéola
VIH
Gonorrea, clamidiasis y sifilis
Citología vaginal
Cribado de la hepatitis B
Virus Varicela Zóster – para evaluar la inmunidad frente a la varicela; menos frecuente
Panel TORCH – en caso de sospecha de algunas infecciones
Vaginosis bacteriana – en caso de que existan síntomas

Además de estas pruebas explicadas en la preconcepción, se deben realizar las siguientes:

Prueba de embarazo
Análisis de glucosa y/o proteínas en orina
Cultivo de orina
Hemoglobina
Grupo sanguíneo y otros anticuerpos
Cribado del primer trimestre
Preeclampsia

Las siguientes pruebas no se realizan de manera rutinaria aunque pueden realizarse a la embarazada cuando existe un riesgo elevado de tener un hijo con trastornoscromosómicos.

ADN fetal en sangre materna
Amniocentesis

Virus Varicela Zóster
El virus de la varicela-zóster (VVZ) es el agente causal de la varicela. Aunque la mayoría de embarazadas ya ha estado expuesta al virus y presenta inmunidad, en algunoscasos es posible que no se haya padecido la infección. Debido a que el virus puede ocasionar enfermedades o trastornos congénitos (en función del momento en el que ocurrela infección durante el embarazo), se puede evaluar si la mujer (antes del embarazo o al principio del mismo) presenta anticuerpos frente al VVZ. En caso de que no tengaanticuerpos, se puede administrar la vacuna antes del embarazo; si la mujer ya está embarazada y se sospecha que haya estado expuesta al virus, se puede administrartratamiento para prevenir la enfermedad y su severidad.

Panel TORCH
El panel TORCH se emplea para detectar algunas enfermedades infecciosas que pueden causar trastornos congénitos, en el caso de que la madre las contraiga durante elembarazo. Este panel está integrado por las siguientes pruebas en sangre:
Toxoplasma
Otras infecciones (sífilis, hepatitis B, virus de Epstein-Barr, virus varicela-zóster y parvovirus humano)
Rubéola
Citomegalovirus
Virus del herpes simple
Habitualmente se solicitan algunas de estas pruebas individualmente, antes del embarazo o al principio del mismo.

Vaginosis bacteriana
La vaginosis bacteriana consiste en un sobrecrecimiento de la flora normal de la vagina que se asocia a mayor emisión de flujo vaginal; es relativamente común, incluso enausencia de embarazo. Una vaginosis bacteriana no tratada puede conllevar infección del líquido amniótico, rotura prematura de membranas, parto prematuro, bajo peso alnacer y en la madre enfermedad pélvica inflamatoria. La prueba se solicita en caso de que existan signos o síntomas, como:
Emisión de flujo vaginal amarillento
Presencia de un tipo específico de células al examen microscópico
Olor a pescado en una reacción química concreta
Disminución de la acidez vaginal
Se diagnostica una vaginosis bacteriana cuando se cumplen 3 de estos 4 puntos, y se trata con antibióticos durante 7 días.

Análisis de glucosa y/o proteínas en orina
En cada visita prenatal durante el embarazo (primer, segundo y tercer trimestre), se evalúa la presencia de glucosa y/o proteínas en una muestra de orina mediante una tira
reactiva (urianálisis). Aunque pueden existir pequeñas cantidades de glucosa o proteínas en la orina, niveles elevados pueden sugerir algunos trastornos que comportan larealización de pruebas adicionales.
Proteínas
La presencia de cantidades aumentadas de proteínas en orina puede indicar lesión o enfermedad renal; también puede ser consecuencia de una infección, medicación, o deestrés físico o emocional. En caso de detectarse aumento de los niveles de proteínas en orina se realizan pruebas adicionales, por ejemplo la determinación de proteínas en unaorina de 24 horas o un cultivo de orina (para detectar infección).

Glucosa
Un aumento de los niveles de glucosa en orina constituye un signo de una diabetes mal controlada en la embarazada o diabetes gestacional. Se trata de una forma de diabetes
que se desarrolla durante el embarazo.
Cultivo de orina
Diversos organismos y sociedades científicas recomiendan la realización de un cultivo de orina en embarazadas para detectar posibles bacteriurias asintomáticas, entre lassemanas 12 y 16 de la gestación (o en el curso de la primera visita prenatal) y durante el tercer trimestre del embarazo.
Se dice que existe bacteriuria asintomática en el embarazo cuando en orina se detectan cantidades importantes de bacterias sin que la embarazada presente sintomatología
asociada a infección del tracto urinario (dolor, necesidad imperiosa de orinar). Esta situación puede darse en un 2-14% de los embarazos, y conviene tenerla en cuenta pues
puede asociarse a problemas infecciosos en el riñón así como a riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer. Para su tratamiento se prescriben antibióticos.
Preeclampsia
Lapreeclampsia (también conocida como toxemia o hipertensión inducida por el embarazo) se caracteriza por aumento de la presión arterial y presencia de cantidades importantes de proteínas en orina; ocurre en aproximadamente un 8% de embarazos.
Los signos y síntomas que produce son hinchazón, aumento de peso rápido, dolor de cabeza y trastornos en la vista. Entre los factores de riesgo se incluyen: primer embarazo,
embarazo múltiple (más de un feto), edad (jóvenes o mujeres mayores de 40 años) y existencia previa de diabetes, hipertensión o enfermedad renal. Las consecuencias se
traducen en que el feto recibe a través de la placenta menor cantidad de oxígeno y de nutrientes, ocasionando un bajo peso al nacimiento u otras complicaciones. No obstante,
si la preeclampsia se detecta precozmente, los problemas asociados a ella tanto para la madre como para el bebé pueden prevenirse, controlando la presión arterial y la
cantidad de proteínas que se pierden en la orina.

Hemoglobina
La hemoglobina es una proteína que se encuentra en los glóbulos rojos o hematíes o eritrocitos y propociona el color rojizo a la sangre. En los pulmones se une a oxígeno y lotransporta por todo el organismo liberándolo a nivel de células y tejidos. Durante el embarazo, la hemoglobina tiene que poder transportar oxígeno suficiente para satisfacer lasnecesidades de la madre y del feto. Una embarazada está anémica si tiene poca hemoglobina. En embarazadas puede observarse cierto grado de anemia, que puede estarcausada por una disminución de la producción de hematíes, por una aumento de su destrucción o por un aumento de las pérdidas de los mismos.
Si la anemia no es muy importante la embarazada siente cansancio y debilidad. La anemia hará que el feto no reciba un aporte de oxígeno suficiente para asegurar un correcto
desarrollo. Por este motivo, se analiza la concentración de hemoglobina ya desde el principio del embarazo y a lo largo del mismo.
A menudo la hemoglobina se solicita formando parte de un hemograma, en el que también se evalúa el recuento de hematíes, el recuento de leucocitos y la fórmula leucocitaria,
el recuento de plaquetas y el hematocrito.
El déficit de hierro constituye la causa más común de anemia. Otras causas de anemia pueden ser un déficit de vitaminas, enfermedad renal, trastornos hereditarios de lahemoglobina o hemoglobinopatías y diversas enfermedades. También puede ser que los niveles de hemoglobina sean superiores a los esperados; esto suele obedecer adeshidratación (aunque pueden existir otras causas). El tratamiento variará en función del problema de base.

Grupo sanguíneo y otros anticuerpos
Los grupos sanguíneos son A, B, AB y O, con un Rh positivo o negativo. Debe conocerse el grupo sanguíneo de cualquier embarazada ya que en caso de que los grupos
sanguíneos sean diferentes, tanto la madre como el bebé pueden desarrollar problemas graves; por ejemplo, si la madre presenta anticuerpos (antiglobulinas) que reaccionan
con antígenos (proteínas o factores) de los hematíes del bebé. Esto se traduciría en una complicación grave conocida como enfermedad hemolítica del recién nacido.
El ejemplo característico es cuando una embarazada es Rh negativa y el feto es Rh positivo. El sistema inmune de la madre puede desarrollar anticuerpos que se fijarán sobre
el antígeno Rh positivo de los hematíes del feto, ocasionando su destrucción. A pesar de que es poco probable que en estos casos el primer bebé resulte afectado, los
anticuerpos producidos durante el primer embarazo podrán afectar a los siguientes bebés Rh positivos.
Para disminuir la probabilidad de que una madre Rh negativa desarrolle anticuerpos, se administra una inyección de globulina inmune Rh a la embarazada alrededor de la
semana 28 de la gestación. Pueden ser necesarias inyecciones adicionales en caso de que la madre se someta a amniocentesis o se realice una biopsia de vellosidades
coriónicas, y después del parto si el bebé es Rh positivo. Antes de cada inyección se realiza una evaluación de los anticuerpos maternos (prueba indirecta de antiglobulinas)
para saber si la madre ya ha desarrollado los anticuerpos frente al grupo Rh.
Además de lo expuesto anteriormente, cualquier mujer que haya recibido una trasfusión de sangre o con embarazos previos puede haber producido anticuerpos frente a
factores sanguíneos distintos al Rh, que también podrían perjudicar al feto. La evaluación de anticuerpos maternos (prueba indirecta de antiglobulinas) durante el primer
trimestre determina si existen anticuerpos potencialmente dañinos en la sangre materna. En caso afirmativo, debería analizarse la sangre del padre para comprobar si presenta
anticuerpos que puedan reaccionar con los de la madre; si se produce reacción, el feto también podría experimentarla. En estos casos se monitorizarán los niveles de
anticuerpos en madre y feto a lo largo del embarazo. Si se observan signos indicativos de sufrimiento o enfermedad fetal, se administra tratamiento antes del nacimiento (por
ejemplo, trasfusión intrauterina) o se induce el parto.
A pesar de que la incompatibilidad Rh comporta consecuencias graves, una de las causas más frecuentes de enfermedad hemolítica del recién nacido es la incompatibilidad
entre los grupos sanguíneos de tipo ABO entre madre e hijo, y no el factor Rh. La prueba indirecta de antiglobulinas no permite predecir la enfermedad hemolítica del recién
nacido, ya que es normal que existan anticuerpos frente a los grupos sanguíneos ABO (de manera natural).

Cribado del primer trimestre
Actualmente se dispone de pruebas bioquímicas que permiten estimar la posibilidad de que una mujer tenga un bebé con síndrome de Down, en combinación con medidas
ecográficas. Estas pruebas también indican la posibilidad de que existan otros trastornos cromosómicos concretos, como el síndrome de Edwards o el síndrome de Patau. Este cribado proporciona la
oportunidad de establecer la probabilidad de que existan dichos trastornos sin la necesidad de recurrir a pruebas más invasivas, como la biopsia de vellosidades coriónicas o la
amniocentesis. Así, solo en las embarazadas en las que las pruebas de cribado indican mayor riesgo, se recomienda la realización de pruebas adicionales.
El cribado del primer trimestre del embarazo se suele realizar entre la semana 10 más 4 días y la semana 13 más 6 días del embarazo e incluye la medida en sangre de la
proteína plasmática asociada al embarazo (PAPP-A) y la fracción libre de la gonadotropina coriónica humana (hCG). Además, se realiza una ecografía en la que se mide la
traslucencianucal. Esta medida consiste en la evaluación del grosor de la piel y tejido de la parte posterior del cuello del feto. Se combinan los resultados de ambos tipos de
pruebas y se calcula la probabilidad de que el bebé tenga un síndrome de Down u otra alteración cromosómica.

ADN fetal en sangre materna
El análisis de ADN fetal en sangre materna o cffDNA (por sus siglas en inglés) es una prueba no invasiva que permite establecer el riesgo de que una embarazada tenga un
bebé con determinadas anomalías cromosómicas, en fases tempranas de la gestación. Para esta prueba solo se requiere una muestra de sangre obtenida por punción de una
vena del antebrazo y se evalúa el material genético fetal que circula en la sangre de la madre.
Actualmente, la prueba permite realizar el cribado de tres alteracions cromosómicas en las que existe un cromosoma de más (trisomías): síndrome de Down (trisomía 21),
síndrome de Edwards (trisomía 18) y síndrome de Patau (trisomía 13). También pueden detectarse algunas situaciones en las que existe un cromosoma adicional o en las que
falta alguna parte de cromosoma (microdeleción). La prueba del ADN fetal en sangre materna puede realizarse a las 10 semanas del embarazo, y pueden obtenerse resultados
en el plazo de unos siete días.
Se ha demostrado en diversos estudios que el análisis de ADN fetal en sangre materna permite detectar hasta un 98% de casos de síndrome de Down, con una tasa de
resultados falsamente positivos menor al 0.5%; no obstante, estos estudios solo han incluido embarazadas de alto riesgo. El cribado del primer trimestre del embarazo establece
el riesgo de síndrome de Down y de síndrome de Edwards.
Recomendaciones
El American College of Obstetricians and Gynecologists(ACOG) declara que el análisis de ADN fetal en sangre materna (cff-DNA) debe emplearse como herramienta de cribado
pero no es diagnóstica. De momento, la prueba debe ofrecerse a embarazadas de alto riesgo, entre las que se incluyen mujeres mayores de 35 años, mujeres con
embarazos previos en los que se ha detectado una trisomía y mujeres en las que la ecografía indica hallazgos sugerentes de riesgo elevado. En caso de que el resultado de cff-
DNA sea positivo, la mujer debe recibir consejo genético y se le ofrece la posibiildad de realizarse una biosia de vellosidades coriónicas o una amniocentesis para
confirmar el diagnóstico.

 

Segundo Trimestre (13 – 27 semanas)

Las pruebas que se realizan durante el segundo trimestre proporcionan información sobre los problemas actuales o futuros que pueda tener el bebé, además de permitir la
monitorización de la embarazada.

Pruebas rutinarias:

Análisis de glucosa y/o proteínas en orina
Cultivo de orina
Glucosa y prueba de tolerancia oral a la glucosa

Pruebas selectivas:

Cribado del segundo trimestre
Amniocentesis
Cordocentesis
ADN fetal en sangre materna

Glucosa sanguínea

Durante el embarazo, hasta un 3% de mujeres sin diabetes conocida desarrollará diabetes gestacional (aumento de la glucosa sanguínea). Aunque puede pasar en cualquier momento. Muchos casos se centran en la última parte del embarazo. Unos niveles no controlados de azúcar en la madre pueden provocar en el feto un aumento de tamaño y peso, y en el bebé hipoglucemias (niveles disminuidos de glucosa en sangre) y dificultades respiratoria al nacer.
El estudio de una diabetes gestacional suele realizarse entre las semanas 24 y 28 del embarazo, aunque puede realizarse antes si se sospecha que la mujer tenga una diabetes previa o si presenta un alto riesgo de desarrollarla.

Entre los factores de riesgo para que una embarazada desarrolle diabetes se incluyen:

Edad avanzada
Obesidad
Historia familiar de diabetes
Antecedentes personales de diabetes gestacional en un embarazo anterior,
Raza (algunas etnias más propensas que otras)

Diversos organismos y sociedades científicas recomiendan el cribado de la diabetes gestacional en todas las embarazadas.
El cribado suele realizarse según se indica a continuación:

-Test de O´Sullivan: Medición de la glucosa en sangre una hora después de haber tomado un preparado de 50 gramos de glucosa.

-Curva de Glucosa: En caso de que el test de O´Sullivan resulte alterada, se realiza una nueva prueba la que la embarazada debe tomar un preparado de 100 gramos de glucosa y se mide posteriormente la glucosa en muestras seriadas de sangre (cada hora); se mide la glucosa basal (antes de tomar el preparado). Si dos de los resultados (basal, 1 hora, 2 horas, 3 horas) están alterados, se diagnostica una diabetes gestacional.

-Prueba de Tolerancia Oral a la Glucosa (PTOG): Medición de la glucosa basal, al cabo de 1 hora y al cabo de 2 horas después de que la embarazada haya tomado un preparado de 75 gramos de glucosa. Si uno de los resultados está alterado se diagnostica diabetes gestacional.

El American College of Obstetricians and Gynecologists(ACOG) recomienda el primer procedimiento mientras que la American Diabetes Association (ADA) recomienda emplear indistintamente uno u otro.

Para controlar los niveles de glucosa en una diabetes gestacional, suele ser necesario seguir una dieta y/o tomar hipoglucemiantes durante el resto del embarazo. En muchos casos la diabetes gestacional desaparece tras el parto, pero en las mujeres que la hayan padecido, existe más riesgo de que se repita en los siguientes embarazos o de que se desarrolle una diabetes en el futuro. Por este motivo se recomienda realizar un nuevo cribado de la diabetes a las 6 – 12 semanas del parto para asegurarse de si persiste o no la diabetes.

Cribado del segundo trimestre

Entre las semanas 15 y 20 de la gestación, se realiza el cribado del síndrome de Down y de defectos del tubo neural como la espina bífida. Las pruebas incluidas en este
cribado son alfa-fetoproteína (AFP), gonadotrofina coriónica humana (hCG), estriol no conjugado y a veces inhibina A (un nuevo marcador que convierte la triple prueba en cuádruple). Este panel permite establecer el riesgo de que el feto sufra alguna de estas alteraciones sin necesidad de realizar una amniocentesis, que es una prueba invasiva.
La mayor parte de las veces, sólo se realiza la amniocentesis cuando el cribado indica algún problema.

Durante el segundo trimestre, lo normal es que los niveles de AFP y de estriol no conjugado aumenten; los de la hCG disminuyen y los de inhibina A se mantienen relativamente constantes. La AFP la produce el feto y llega a la sangre materna. Un niño con un defecto del tubo neural tiene una apertura en su columna o cabeza que facilita que pase más AFP hacia la sangre materna.

También puede observarse un aumento de AFP en embarazos múltiples, errores en el cálculo de la edad gestacional, defectos en la pared abdominal del feto o en otras circunstancias. Una ecografía permite saber la edad gestacional y el número de fetos que lleva la embarazada. En niños con síndrome de Down, en este cribado del segundo trimestre del embarazo se observa una disminución de la AFP y del estriol no conjugado, y un aumento de hCG e inhibina.

Para establecer el riesgo de que el feto tenga defectos en el tubo neural o problemas cromosómicos, los resultados de estas pruebas se interpretan teniendo en cuenta la edad de la madre, su peso y el grupo étnico al que pertenece. De todos los casos con aumento de AFP, en muy pocos existe verdaderamente un defecto. Pero si el resultado es anormal, es interesante ofrecer consejo genético a la embarazada y discutir la necesidad de realización de una amniocentesis para conocer la probabilidad de que el bebé tenga
un trastorno congénito.

Amniocentesis

Esta prueba detecta algunos trastornos congénitos y enfermedades hereditarias, entre las que se incluyen alteraciones cromosómicas (como el síndrome de Down) y defectos del tubo neural (espina bífida, anencefalia).

Se realiza entre las semanas 15 y 20 de la gestación (normalmente la 16) cuando se cumple cualquiera de las siguientes condiciones:
Embarazada mayor de 35 años
Antecedentes familiares de alteraciones genéticas en los progenitores
Ambos progenitores poseen un gen asociado a un trastorno hereditario
Niveles de alfa-fetoproteína (AFP) más bajos o altos de lo esperado
Presencia de un trastorno congénito o alteración cromosómica en un hijo

La amniocentesis se puede practicar después de la semana 32 para conocer el grado de maduración del pulmón del bebé y el riesgo de que se produzca un parto prematuro.

En la amniocentesis, se inserta una aguja a través de la pared abdominal y del útero hasta alcanzar el saco que envuelve al feto. Se obtiene una pequeña cantidad de líquido
amniótico que contiene AFP producida por el feto y células fetales en las que se buscan alteraciones genéticas y cromosómicas. Los genes se analizan considerando los antecedentes familiares (por ejemplo, un hijo anterior con una hemoglobinopatía) o basándose en los resultados de pruebas realizadas a los padres (por ejemplo, fibrosis quística). El resultado se obtiene en aproximadamente dos semanas.
Existe el riesgo de que la aguja insertada en el saco amniótico pinche al feto, provoque una pequeña pérdida de líquido amniótico, cause una infección o más raramente que se produzca un aborto.

Cordocentesis

Por este procedimiento percutáneo de obtención de sangre de cordón umbilical se consigue analizar una pequeña muestra de sangre fetal en la que se evalúan ciertas anomalías como síndrome de Down y trastornos de la sangre como anemias e infecciones.
Se recurre a la cordocentesis cuando la amniocentesis, la biopsia de vellosidades coriónicas o la ecografía no proporcionan la información deseada o cuando los resultados no son concluyentes.

Este procedimiento también es útil para administrar tratamiento
al feto en caso de que sea necesario.
La técnica de la cordocentesis es similar a la de la amniocentesis: se inserta una aguja a través del abdomen de la embarazada hasta la vena del cordón umbilical; dura aproximadamente una hora y se puede realizar entre las semanas 18 y 22 de la gestación.
La tasa de abortos es cercana al 2% y existen otros efectos secundarios indeseados como pérdida de sangre, infección, disminución de la frecuencia cardíaca del feto o ruptura prematura de membranas.

 

Tercer Trimestre (28 semanas – parto, alrededor de la semana 40)

Las pruebas que se realizan en este trimestre del embarazo están encaminadas a la preparación del parto y pueden incluir:
Análisis de glucosa y/o proteínas en orina
Cultivo de orina
Estreptococo del grupo B
Hemograma y recuento de plaquetas, pruebas bioquímicas y de orina.
Otras pruebas realizadas menos frecuentemente incluyen:
Grupo sanguíneo y otros anticuerpos
Fibronectina fetal
Amniocentesis – para valorar el grado de madurez pulmonar fetal cuando existe un alto riesgo de parto prematuro

En los casos en los que existe un alto riesgo de que la mujer adquiera infecciones por VIH o por el virus de la hepatitis B (como mantener relaciones sexuales sin protección o consumir drogas por vía intravenosa), es aconsejable repetir los estudios durante el tercer trimestre del embarazo para detectar estas infecciones.
En algunos países se recomienda repetir las pruebas para detectar enfermedades de transmisión sexual como gonorrea, clamidiasis y sífilis.
En algunos embarazos se monitoriza la frecuencia cardíaca fetal. Si el médico considera que las contracciones uterinas pueden afectar la frecuencia cardíaca fetal, pueden monitorizarse también las contracciones uterinas y si se considera apropiado, puede administrarse medicación a la embarazada.

Estreptococo del grupo B

El streptococcus del grupo B es una bacteria presente en la flora normal de la vagina y del tracto gastrointestinal en cerca del 25% de mujeres.
Normalmente no constituye un problema, a no ser que esté presente en la vagina durante el parto ya que puede entonces infectar el útero, líquido anmiótico, tracto urinario y la incisión que se realiza durante la cesárea. El bebé puede inhalar o ingerir la bacteria al pasar por el canal del parto.
Los síntomas en los bebés infectados pueden aparecer en las primeras seis horas tras el parto o incluso al cabo de dos meses. Si no se trata, puede provocar sepsis, neumonía, pérdidas de visión y/o audición o discapacidad física e intelectual en grado variable.
Los Centers fo rDisease Control and Prevention(CDC) recomiendan la realización de un cribado para estreptococo del grupo B a todas las embarazadas entre las semanas 35 y 37 de la gestación. Se recogen muestras de la vagina y del área rectal de la madre y en 48 o 72 horas al laboratorio puede establecer si existe o no estreptococo del grupo B.

Si la bacteria está presente o si la mujer se pone de parto antes de la obtención de los resultados, se recomienda administrar antibióticos por vía intravenosa durante el parto. Los
antibióticos por vía oral antes del parto no han demostrado ser efectivos para la protección de la infección en el bebé.
Esta bacteria es distinta a otra más común y conocida como estreptococo del grupo A, causante de faringoamigdalitis estreptocócicas.

Hemoglobina y recuento de plaquetas

Todas las mujeres pierden una pequeña cantidad de sangre durante el parto. No es peligroso en una mujer sana pero sí puede serlo en una mujer anémica y por eso es importante conocer los niveles de hemoglobina antes del parto.
Las plaquetas son fragmentos celulares que se encuentran en la sangre e intervienen en la coagulación. Si el nivel de plaquetas es más bajo de lo normal o éstas no funcionan bien (no favorecen la formación del coágulo), existe riesgo de sangrado grave durante el parto. Se realizan entonces pruebas adicionales para seleccionar el tratamiento más apropiado.

Fibronectina fetal

Se determina la fibronectina fetal entre las semanas 24 y 34 de la gestación si existe riesgo de parto prematuro con el objetivo de intervenir para prevenir posibles complicaciones graves en el bebé prematuro.
En esta prueba se recoge una muestra de fluido vaginal. La fibronectina fetal es una glucoproteína que se encuentra en el límite entre el saco amniótico y el útero. Niveles altos pueden atribuirse a otras causas distintas a la amenaza de un parto prematuro. Sin embargo, un resultado de fibronectina fetal negativo es altamente predictivo de que no se va a producir el parto en los siguientes 7-14 días. Como el tratamiento que se administra en caso de que se prevea un parto prematuro comporta riesgos, un resultado de
fibronectina fetal negativo permite obviar el tratamiento y ahorrar hospitalizaciones innecesarias